EL
PAN MERECIDO
No
hay culpa sobre aquel en buen estado
si
lo ha logrado con gran sacrificio;
que
se acostumbra al honorable oficio
de
ganar con sudor lo más preciado.
Colma
su mesa del mejor mercado;
con
su labor se gana ese servicio,
pues
ha tenido siempre como vicio
trabajar
con dureza y ser honrado.
Tan
merecidos son el pan y el vino
que
son de su familia el alimento,
producido
en aquel fecundo suelo.
La
virtud ha sembrado en su camino,
de
luchar por traer aquel sustento
que
por sí solo no vendrá del cielo.
HIPOCRESÍA
Queremos predicar de diente a labio
sobre el camino más recto y eterno,
que ha de esquivar el paso hacia el infierno;
mas no usamos el método más sabio.
Y como cruel castigo a nuestro enlabio
podremos abrir vía hacia el averno;
que será tristemente sempiterno
y lleno de tristeza y de resabio.
Fingimos padecer el mal ajeno;
que si bien no es malo, tampoco es bueno,
porque es hipocresía encadenada.
¡Ojala! nos perdone aquél los hechos;
que por no andar caminos más derechos
cometemos así como si nada.